Disputar un puesto en una final con Laurens Devos, al que nadie ha conseguido ganar partido alguno desde 2015 y que atesora todos los campeonatos de Europa y del Mundo en esta década, no daba a Ander ganador en ninguno de los pronósticos. Por mucho que el donostiarra crece y crece a cada competición, se le vea fluir en su comportamiento con la pala y sea, sin duda, la promesa más sólida del tenis de mesa vasco y estatal, lo cierto es que, por lo visto hoy en el Arena Paris Sud todavía le quedan unas horas de entrenos y competición para llegar al nivel del belga.
Salió en todo caso, Ander comprometido con la posibilidad de la sorpresa y dispuesto a poner en aprietos a quien él mismo considera como referente. Un número no pequeño de amigos y compañeros de su club, estaban en los graderíos para apoyarle y a fe que lo hicieron hasta el último punto.
Comenzó el encuentro señalando Devos su voluntad de primacía, pero, en seguido, Ander le hizo saber que anda tras sus pasos. El 2 a 3 con que señalaba el marcador a los pocos minutos de comenzar era el mejor testimonio de que no daba por entregado el partido. Cierto que duró poco este ir por delante, pero todavía conseguia colocar una bola para un 5 a 5 prometedor, si quiera de pelea también en el marcador. Pero el belga, sabe como buscar sus mejores opciones y secó al donostiarra cuando se señalaba un 9 a 7. Luego hasta el 11, todo le fue más fácil, y había que esperar
El segundo parcial comenzó con dos bolas ganadoras para Cepas, pero enseguida el vigente campeón paralímpico cogió el timón del encuentro y aunque a la mitad del parcial, con un 7 a 6 a su favor, se sintió amenazado, en seguida, y apoyándose en unos saques de difícil respuesta, se alargó en el marcador hasta dejarlo en un 11 a 8.
Con ese plus de confianza que sólo tienen los campeones abordó Devos el que a la postre sería el entreacto de la final paralímpica. No quería que Ander tuviera el mas mínimo atisvo de poder dar la vuelta al encuentro y desde el primer momento puso distancia en el marcador. Con el 4 a 1, tuvo que ver como el palista vasco le hacía tocer el gesto al ver como éste le dejaba en minimos su ventaja, pero una sucesión de pelotas ganadoras le llevaron rápidamente a volver a poner distancias en el luminoso hasta volver a dejarlo, como en el primer parcial, en un 11 a 7, que esta vez ya sí era definitivo.
A pesar de ello, Ander se encontraba más que satisfecho por lo que ha sido su pasar por los Juegos y no sólo por la medalla de bronce conseguida sino por el crecimiento personal y deportivo que le he supuesto vivir la experiencia de haber podido vivir la gran cita del deporte adaptado.