Un partido que da paso a la disputa de una medalla, debería estar reglamentado fuera como el que han disputado las selecciones de Alemania y España en el Ariake Arena. Emoción hasta el final, muchos ratos de buen juego, vaivenes e incertidumbre en el marcador, polémicas arbitrales, tácticas arriesgadas… y un aplauso compartido al terminar el encuentro. Todo eso es lo que nos regalaron ambas selecciones, lo que debería ser norma en un partido de cuartos de cualquier Paralimpiada que se precie.
Empezaron más fuertes y concentrados los germanos encaminando el luminoso a un 0 a 7. En el primer minuto y medio de juego Halousky, Breme y Boeme habían enseñado los dientes y Trigo tuvo que detener el juego. Toma de aire, alguna consideración táctica y en seguida sus pupilos empezaron a engrasar su producción anotadora. Primero Jordi, con un triple, después Asier por partida doble y entre medio un punto sobre la línea de tiros libres de Ale Zarzuela. 8 a 7. El mazazo alemán inicial se le había vuelto tornas. Y así en el minuto 4 se iniciaba de nuevo el encuentro. Durante unos minutos hubo intercambio de golpes y así la secuencia de uno arriba, uno abajo, fue su tónica hasta que dos aciertos consecutivos de Asier y otro de Jordi sin respuesta alemana, ponían por primera vez en franquía de cinco puntos a la selección estatal. Sin embargo, en nada la ventaja se esfumaba y los últimos minutos del primer parcial lo fueron de toma y daca, hasta terminar en 21 a 19. Ruiz con 11 puntos se señalaba como hombre clave en la remontada y afianzamiento de su equipo.
Tras el minidescanso, cogió aire la selección estatal, con 4 puntos firmados por Asier, pero los teutones no se dejaron impresionar y empujados por el buen hacer de Dreimueller y Boehme, consiguieron igualar el match a 25 a falta de algo mas de 6 minutos para el descanso. De nuevo Asier estiró el marcador hasta el 30 a 25 y de nuevo lo encogieron los alemanes, hasta que una falta personal al capitán, la tercera, trastocó los planes de Trigo que tuvo que cambiar de inmediato de esquema de juego. No lo hicieron mal sus pupilos en cancha porque lograron llevar el luminoso hasta el 40 a 34 con el que finalizó el segundo parcial.
Tras el descanso, la tónica del partido fue similar. La selección tenía puesto el mono de trabajo y los alemanes, que fueron todo el tercer tiempo con 4-6 puntos por debajo en el marcador, tenían claro que no iban a tirar el partido. Asier se mantenía en cancha aún con las 3 amenazantes personales en su casillero y Trigo iba rotando su banquillo tratando de encontrar, y encontrando, las dosis de intimidación y frescura que su juego precisaba. A los diez últimos minutos se llegaba con un 54 a 48.
Amplió Asier la ventaja en seguida, pero en seguida también Halouski volvió a reducirla. Un par de minutos sin anotación alguna hasta que el 56 a 52 se iluminó en el marcador de mano de André Bienek. De nuevo, minuto y pico de desacierto ante la canasta contraria hasta que a falta de 5 minutos el entrenador alemán Nicolail Zeltinger decidió jugársela todo por el todo en un intento de desestabilizar a Asier García y por ende al conjunto de sus compañeros en cancha y al banquillo solicitando una revisión de medidas de silla. Hecha la comprobación que no tenía otro destino que el de parar el partido y encrespar a su rival, los árbitros le señalaron una técnica al entrenador, que el mismo Asier se encargo de convertir en un nuevo punto en su favor (57-52).
Aunque su jugada de mal pagador no le había salido bien, lo cierto es que la escuadra germana no se vino abajo y siguió jugando sus bazas, reduciendo el tensar de la goma en cuanto oportunidad tenían. Pero lo que si era cierto es que su intención de poner nervioso a Asier no solo no habían conseguido sus efectos, sino que, espoleado, se cargó de templanza para conducir a su equipo en los últimos minutos. Y con un triple subía el diferencial hasta los 8 puntos a algo más de 4 minutos para el final (62-54). Los últimos minutos fueron trepidantes, los alemanes no cedían en intensidad, y así llegaron merced a dos triples a situarse con un 70 a 66 a falta de 45 segundos. Con un lanzamiento anotado desde la posición de tiros libres, Druimueller colocó a su equipo a tiro de 3, precisamente el lanzamiento que se jugó Biemek a falta de 7 segundos, pero que falló.
Partido, pues, intenso hasta el final, con una selección estatal que, en justicia, mereció llevarse el pase a semifinales porque fue liderando el juego y el marcador la mayor parte del encuentro. Los alemanes, a fuer de ser honestos, podrían haberlo hecho si su acierto anotador hubiera subido algunos puntos al final del encuentro, pero lo cierto es que los de Trigo jugaron mejor, y demostraron tener más hechuras de equipo que ellos.
Los 71 puntos se los repartieron entre Jordi, 24, Asier, 19, Ale Zarzuela, 11, Amadou, 6, Manu Lorenzo, 4, Pincho Ortega, 4, Pablo Zarzuela, 2 y Dani Stix, 1.
La selección estatal ya está en semifinales y, por tanto, con posibilidades de llevarse una de las medallas en juego, pero enfrente tendrá al equipo de los Estados Unidos de Norteamérica que a la sazón son los actuales campeones paralímpicos. No han brillado, cierto es, durante estos Juegos, pero los nombres que tiene su plantel son todos de primer nivel. Pero a esto del baloncesto no se gana con nombres sino con juego, y en eso, desde luego, los de rojo no salen derrotados.