24 horas después del horario previsto y con los análisis de las aguas del Sena en favor de la competición, se iniciaba la prueba de triatlón en la que la bizkaina Rakel Mateo trataba de volver a firmar una de las hazañas a las que nos tiene acostumbrados. Esta vez, teniendo en cuenta todos los problemas físicos que había atravesado en los últimos 6 meses, sólo tenía por objetivo competir y llegar a la meta, tras recorrer nadando 750 metros, otros 20 en bicicleta y 5 corriendo. Tres años de preparación no podían con unas costillas rotas ni con las fisuras con en el muñón de su pierna amputada. Una vez más su coraje alimentó su intento y cuando una hora y cuarenta minutos después de iniciar la prueba traspasó la línea final, se desplomaba literalmente exhausta, una sonrisa se hizo patente en su rostro. Y es que en esto del deporte, la victoria se mide con varas distintas. Cierto es que al pódium sólo subieron Hailey Danz,  Plebani y Seely, pero a Rakel su llegar a meta le supo también a triunfo.

Mikel Erdozain competía de nuevo en la piscina de La Defense, esta vez en la prueba de 200 libres reservada a los deportistas de mayor grado de discapacidad. Como siempre su combatividad fue premiada por el aplauso unánime del público, pero tampoco en esta ocasión fue suficiente como para conseguir una plaza para la final de la tarde.

Tampoco pudo pasar de ronda, Iker Sastre, que no pudo con el chileno Luis Flores en los cuartos de final de la clase S2 de tenis de mesa. Iker pudo encauzar de mejor manera el encuentro si hubiera aprovechado la ventaja que llegó a disfrutar en el primer parcial (10-5), al que dio la vuelta el chileno con una mezcla de serenidad y acierto para llevarlo al definitivo 10-12 . Sin duda descentrado por el sorprendente final de este parcial, Iker apenas compareció en el segundo, que fue fácilmente tramitado por su rival (4-11).  Herido en su orgullo, el bizkaino intentó girar el transcurrir del encuentro, apretando dienten y mostrando toda la maestría con la que suele utilizar la pala, devolviendo a su rival el mismo tanteo que le había endosado minutos antes. El cuarto juego, lo iniciaba Iker con la necesidad de apuntárselo en su casillero y durante la mitad del mismo, parecía que podría hacerlo, porque a cada punto ganador de Flores fue capaz de responder con otro a su favor. Pero con el 5 a 5, entró en un pequeño bache de juego que le llevó a solo se sucedieran anotaciones de su rival que llevó a colocar el marcador en un 5 a 9. Volvió el bilbaino a acercarse con dos pelotas ganadoras (7-9) pero el chileno volvió a coger el ritmo de la mesa, situando finalmente el tanteador a un 9 a 11, con el que conseguía el pase al enfrentamiento por las medallas.